Septiembre es la sombra de las noches eternas, de las cervezas en las terrazas, de las risas con amigos, de amaneceres en la playa y atardeceres con estrellas.

En septiembre sustituyo la palabra debería por podría, porque septiembre es una oportunidad que nos regala la vida y no quiero poner más excusas.

Septiembre, año nuevo que empieza, agendas vacías dispuestas a llenar de momentos por vivir, de sueños a cumplir, de viajes por realizar, de lugares por descubrir, de ser feliz.

Septiembre mes de cambios, de nuevos propósitos, de metas nuevas, de objetivos a cumplir. Septiembre siempre es vuelta a la rutina, esa que a veces necesitamos para no perdernos, para seguir a pesar de todo y de todos, de no abandonar jamás.

Septiembre momento perfecto de cambio y transformación. Todo empieza así que seamos capaces de dejar atrás lo que no nos sirve en la vida que tenemos, de abandonar a quien no queremos en ella, de vivir lo que queremos vivir y como queremos vivir y de luchar por lo que en realidad queremos luchar.

El momento empieza ahora así que no intentemos justificar la vaguería. Pongámosle ganas.